La
reunión se desarrolló en el más absoluto secreto, en una sala acondicionada
para la ocasión, enclavada subterráneamente en una base militar de la USAF en
pleno desierto de Arizona. Un grupo selecto de los altos mandos era el que
debía darle la noticia al "hombre elegido", que se convertiría en el
símbolo estadounidense de heroísmo y poder a partir de julio de 1969. Ni
siquiera el cónclave fue grabado ni filmado. Bastó con el pacto de silencio que
todos se juramentaron. Así, el futuro no tendría "pruebas en su
contra" de lo que allí se gestaría... LEER MAS...