por Luis Burgos
INTRODUCCION
A mediados de la década de los 60 se descubren unas extrañas huellas
circulares en zonas costeras australianas, con la particularidad que la
vegetación, mojada por las aguas, permanecía “como ovillada”. Daba la sensación
de estar ante un verdadero nido de un ave de gran tamaño que se había posado en
la zona. A partir de entonces, otras marcas similares comienzan a florecer en
campos sembrados por cereales en diferentes regiones del globo y muchas de
ellas asociadas a la presencia de “misteriosas luces nocturnas”. Nacían lo que
en el Fenómeno Aterrizaje conocemos como
NIDOS DE PLATILLOS. Huellas de 3, 6, 8 ,12 y hasta 20 metros “aplastadas” en
cultivos de trigo, maíz o girasol. En ocasiones, estos rastros aparecieron en
cañaverales y en la actualidad se los puede ubicar también en campos de soja.
En su interior, la hierba se orienta en la mayoría de los casos en el sentido de
las agujas de reloj…
LOS PRIMEROS CASOS
A comienzo de los 80 estos NIDOS se trasladan casi exclusivamente al
sur de Inglaterra. Y así nacían los famosos CROP CIRCLES. De individuales
pasaron a unirse en por yuxtaposición y semejaban verdaderos OCHOS…de allí en más y hasta nuestros días
verdaderas figuras geométricas conforman una verdadera obra de arte en los
campos ingleses con figuras y tramados de todo tipo y tamaño, los cuales muchos
investigadores tratan de decodificar a modo de mensajes espaciales.
En Argentina, los primeros casos
de NIDOS DE PLATILLOS los tenemos allá por la década del 60 en Tafí del Valle,
Tucumán (1967), en Centeno, Santa Fe (1967) y en La Criolla , Santa Fe (1968).
PROLIFERACION EN LA DECADA DEL
80
En los años 80 un sector del sur de Córdoba entre Arias y Pueblo
Italiano, lindante con la localidad de María Teresa (Santa Fe) recibe una
interesante cantidad de estas formaciones en sus trigales. En 1985 tuve la
suerte de comprobar cinco NIDOS de 3 metros de diámetro separados linealmente por 5 metros que los
chacareros lo bautizaron como BOTON DE CHALECO en Micaela Cascallares, sureño
pueblo bonaerense. En Enero de 1987 me traslado hacia La Niña , un pequeño poblado de
Nueve de Julio (Bs. As) para investigar un círculo dejado por un OVNI en un
campo de girasol, oportunidad en la que nos cruzamos con miembros de la Fuerza Aérea que
habían ido a investigar CASUALMENTE lo mismo que nosotros. En 1989 comprobamos estas curiosas huellas en los juncales marítimos de San Clemente del Tuyú (Bs.
As) tal cual habían “nacido” en 1969 en Australia. A fines de los 90 ocurre
otro tanto en la costa de la
Laguna Setúbal (Santa Fe) Así las cosas, cada tanto teníamos
novedades desde distintas provincias argentinas de la aparición repentina de
estos Crop Circles “criollos”.
EL MISTERIO CHICOANA
Ya en pleno siglo XXI unas enigmáticas luces nocturnas observadas por
varios lugareños de la cerealera región de Chicoana (Salta) van a dejar
estampadas unas enormes y EXTRAÑAS FIGURAS indescifrables en un campo durante
2008 ¿La excepción que siempre marca la regla? ¿Un nuevo y distinto mensaje
desde el espacio? Por tanto, los NIDOS dejaron paso por esta única vez a que el
misterio se acentúe y con ello nos entusiasmemos en relacionarlo a las marcas
sureñas inglesas. Pero en 2011 y 2014 en la misma zona salteña retornan
nuevamente “los círculos de las cosechas” tradicionales y todo volvió a la
normalidad en materia de nidos platillistas. Al año siguiente investigamos en
Pujato, sur de Santa Fe, un rastro que si bien no tenía la forma circular, nos provocó
un desafío más al Fenómeno Aterrizaje: un surco de 815 metros de longitud
por 1.60 metros
de ancho producido misteriosamente en un maizal.
EVALUACION
Sin dudas, los NIDOS seguirán floreciendo por varios campos sembrados
de nuestro territorio y al parecer con mayor frecuencia si nos atenemos al
recrudecimiento de los mismos en los últimos años. Prueba de ello son los descubiertos en Las Perdices, Córdoba (2012) y
en Tamangueyú, al norte de Necochea, provincia de Buenos Aires (24 de Diciembre
de 2013) con gran similitud entre ellos y de una geometría cuasi perfecta. Una
verdadera maravilla para los ojos y un gran desafío para los ufólogos
argentinos…