viernes, 19 de diciembre de 2014

LAS HUELLAS TAN TEMIDAS

Por Luis Burgos


INTRODUCCIÓN

Es sabido en el ámbito ufológico que una de "mis especialidades" la constituye el Fenómeno Aterrizaje, que como bien saben todos los investigadores, resulta uno de los misterios más insondables del propio Fenómeno OVNI. Sirva entonces el presente trabajo como un aporte didáctico a nuevas generaciones de ufólogos. Y si de evidencias se trata, las marcas o huellas dejadas en la superficie terrestre, siguen siendo “las más temidas” tanto por los investigadores como por los escépticos.

Los primeros, porque después de casi 70 años de la era platillista, aún manifiestan cierto temor o duda en afirmar que los rastros "aparecidos" en los campos, plazas o fondos de viviendas sean producto de un descenso OVNI. Ni hablar si estas evidencias no presentan testigos de "luces nocturnas" previas al hecho. Todo indicaría que si se carecen de testimonios visuales de que esa huella fue provocada por algo que se posó o levantó vuelo, esa HUELLA NO ASOCIADA, al fin y al cabo, no es válida para la casuística. De nada valdrían los antecedentes de más de medio siglo de aterrizajes. Es como si cuando ocurre un crimen y no se presentan testigos de quien pudo haber sido el autor, el asesinato pierde fuerza o se relativiza y si se sigue profundizando, al fin de cuentas, la culpa la tendría la propia víctima!!! En los casos de huellas no asociadas ocurre algo similar.
Al concluir la investigación, los culpables del revuelo periodístico, de la falta de testigos y de que el OVNI no pudo distinguirse de día o noche, terminamos siendo los investigadores, que difundimos un hecho inusual como lo es el contacto de un “No Identificado” con nuestro suelo. Lo concreto es que el único culpable seguirá siendo el mismísimo OVNI, que muy probablemente se esté burlando de todos sean ovnílogos o detractores...

Pero también estos últimos navegan en un mar de dudas. Allí incluimos tanto a escépticos como a científicos que no nos terminan de convencer con explicaciones clásicas. Ocurre que botánicos, agrónomos, micólogos y fitopatólogos no comprenden muchos aspectos y efectos de este Fenómeno Aterrizaje que paradójicamente, contiene “muchas similitudes” con enfermedades naturales en terrenos donde habitan colonias de HONGOS, sean Calvatias Lilacinas o Begin. Del millar de huellas que he investigado en Argentina y Uruguay, una gran mayoría presenta pautas tan sorprendentes que no encuadran en ningún concepto ortodoxo, y merecen una explicación...     

LA GRAN DIFERENCIA

Quizás la polémica continúe, pero más allá de las explicaciones convencionales cientificistas o de los buscadores de rastros OVNI, esos "círculos, óvalos, semicírculos y herraduras", con o sin hongos a su alrededor y de color verde intenso o en su defecto, deshidratado (amarillento), seguirán pululando por las tierras argentinas y de otros países... tal vez. De todos esos desconcertantes ochos, formados por dos círculos unidos por yuxtaposición, desafiando toda lógica, nos indican de un fenómeno aéreo "que ignora totalmente todo micelio subterráneo, que pueda extenderse y aflorar posteriormente, con sus hongos, para formar un corro o anillo". En cambio, si de OVNIS se trata, JAMAS aparecerán aros superpuestos. Pero la diferencia letal nace en la propia geometría de la huella: La producida por la enfermedad del micelio perenne, anualmente se irá extendiendo unos centímetros, por tanto, un círculo que originariamente tenga 4 metros de diámetro, luego de varias cosechas, tendrá 4,40 o 4,50 metros y así sucesivamente ira in crescendo anualmente…

En oposición, si la marca es originada por el descenso de un OVNI, con una medida de 4 metros de diámetro, luego de varios años, en caso de perdurar, tendrá... ¡los mismos 4 metros!, o sea, ES INALTERABLE, permaneciendo así hasta su desaparición, que de hecho se produce a las semanas o meses, aunque algunas pueden permanecer también por años...

Así entonces tenemos, que más allá de una metodología científica aplicada a los aterrizajes, como "análisis de muestras, cultivos con semillas, gramíneas o legumbres, comportamiento de los animales e insectos, etc.", existen claras y notables diferencias entre “una huella OVNI y el rastro circular producido por cierto tipo de hongos”, cuya insólita data proviene de leyendas medievales de las campiñas europeas: Resultaban comunes estos florecimientos repentinos de aros reverdecidos con hongos de buen porte a su alrededor. Los pobladores, inclusive, les adjudicaban ciertos poderes de "encantamiento" o a la inversa, "maléficos". Por tanto, los niños tenían prohibido juguetear en su interior. Cada vez que aparecía un círculo se decía "que las HADAS habían rondado la noche anterior"...

Pero como contrapartida, estaban quienes afirmaban "que las BRUJAS habían realizado sus hechizos"... ¿Por qué esa polarización que iba de lo mágico o encantado a la brujería? Hasta las definiciones de nombres eran distintas, ya que para unos era un anillo de hadas, para otros, un círculo de brujas. Todo esto tendría sus causas en ciertos síntomas que muchas de esas huellas habrían producido sus efectos sobre animales y también sobre personas!!!

Hoy sabemos que en varios aterrizajes argentinos, y por ende, mundiales, los investigadores hemos detectado "radiactividad en muy pocos casos, magnetismo en muchos y otras anomalías y efectos" que han provocado diversos cuadros sintomatológicos en testigos: quemaduras, nauseas, cegueras, parálisis momentáneas, desgano, erupciones cutáneas, etc. Y más aún si el fenómeno lumínico es cercano al testigo. Ignoramos pues, si estos rastros circulares del medioevo fueron acompañados de "luces nocturnas", pero resulta verdaderamente apasionante el solo hecho de pensar de que pudiera existir una mínima posibilidad de relacionar las modernas huellas de estos tiempos con parentescos similares de siglos anteriores.

"Vosotros duendecillos, que a la luz de la luna hacéis cercos
 de hierba amarga que la oveja no quiere comer ; y vosotros,
que por diversión criáis hongos nocturnos…"

"La Tempestad", William Shakespeare.
  
Navarro, Bs. As (1991): Los "ochos" que jamás se superponen!!!
LAS INALTERABLES DE LAS PAMPAS

Volviendo a las marcas OVNI cuyo paso del tiempo no ha producido alteración alguna, abundan en la casuística nacional, rastros de gran perdurabilidad, como por ejemplo:

Las dos herraduras de 18 metros cada una, ubicadas sobre el propio camino de tierra y transitado por años, que rescatamos en Indacochea, poblado de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires y que datan de principios de la década del 40'...

En el insuperable descenso de Trancas, provincia de Tucumán, en 1963, en una de las huellas "no creció nada durante siete años"...

En Correa, provincia de Santa Fe (1968), las 32 huellas aparecidas en el campo de los hermanos Damiani, estuvieron inalterables hasta 1975!!!

En Uribelarrea, pueblo ubicado entre Lobos y Cañuelas, provincia de Buenos Aires, las 37 huellas que localizamos en el campo de los Parodi, en 1983, permanecieron "intactas" por más de dos años, sin ningún tipo de alteración...

En los masivos aterrizajes de Atalaya, provincia de Buenos Aires (1985), detectamos una herradura reverdecida, de 18 metros de longitud, que data de 1970 y hasta hace poco tiempo... ¡aún existía!

Durante los últimos días de enero de 1990, aparecen repentinamente unas 50 huellas, del tipo "reverdecidas", en el parque Camet, muy próximo a Mar del Plata, provincia de Buenos Aires. Las mismas, permanecieron inalterables hasta 1999…

En proximidades del dique Roggero, en el partido de Merlo, provincia de Buenos Aires, las 20 huellas diseminadas resistieron desde 1993 hasta 1999...

Por último, en Sierra de los Quinteros, departamento Angel. V. Peñaloza, provincia de la Rioja, varias marcas perduraron por años desde principios de 2000...
 
La gran herradura de Atalaya duró tres décadas!!!
 LAS MÁS GRANDES DE ARGENTINA

Para concluir ésta parte de las huellas tan temidas, haré referencia a los casos de mayores diámetros localizados, invitando a otros ufólogos a brindar similares rastros en sus países para futuros trabajos de esta índole:

Caso Berraondo, provincia de Buenos Aires, del 12/5/62, con 60 metros de diámetro.

Caso Copáhue, provincia de Neuquén de 1968, con 180 metros de lado, en un triángulo.

Caso El Pajarillo, provincia de Córdoba del 9/1/86, con 115 x 56 metros de forma oval.

Caso Victoria, provincia de Entre Ríos de 1992, con 50 metros de diámetro.

Caso Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos de 1995, 30 metros de diámetro.

Caso Francisco Madero, provincia de Buenos Aires de 1998, con 30 metros de diámetro en huella del tipo "nido".

Caso Gualeguay, provincia de Entre Ríos de 2000, con 70 metros de diámetro circular.
                                   
La gigantesca huella de El Pajarillo 1986 y 1987
 LOS NIDOS DE PLATILLOS

Con aquella marca de 6 m de diámetro "en remolino", aparecida el 5 de noviembre de 1967 en Centeno, pueblo de Santa Fe, quizás algunos investigadores de campo, visualizamos la posibilidad de que Argentina, desde entonces, se incorporara a las regiones con huellas tipo "nidos de platillos". Otro tanto ocurría con el informe llegado desde Tafí Viejo, provincia de Tucumán, en el cual un OVNI avistado a las 11 hs. de la mañana había producido un rastro "anidado" de 3 m de diámetro.

Pero tuvieron que pasar dos décadas para que esta novedad en materia de descensos OVNI se hiciera realidad en nuestras pampas. Así pues, vastas zonas del sur y el oeste de la provincia de Buenos Aires, con campos sembrados de girasol, trigo, maíz, etc., vieron proliferar estos extraños “círculos en las cosechas” de los que hemos investigado afortunadamente en buena cantidad.
 
El nido de Tamangueyú, Bs.As (2013)
También la parte sureña de las provincias de Santa Fe y Córdoba, conformaban un hipotético "triángulo" entre los poblados de María Teresa, Arias y Pueblo Italiano, que recibían gran cantidad de curiosos círculos desde la década del 80', a estar por el investigador local Víctor Vera. La excepción a la regla la presentan los "nidos de los juncales", en orillas acuáticas, tal el observado por un equipo FAO en 1987 en San Clemente del Tuyú, en plena costa del litoral bonaerense o los aparecidos en la Laguna Setúbal, provincia de Santa Fe, en los años 90'. Aunque a rigor de verdad, estas huellas fueron pioneras en Australia, a mediados de los 60', que dieron origen al verdadero bautismo conocido "nidos"...
  
LOS RECORDS ARGENTINOS DE AVISTAJES PROLONGADOS CON HUELLAS

El clásico de Trancas, en la provincia de Tucumán, acaecido la noche del 21 de octubre de 1963 con descenso de entidades, sintomatologías en testigos y una huella que perduró por 7 años estampada en el terreno, resultó también pionero en materia de duración de un evento con rastros físicos, pues se calcula entre cuatro y cinco horas el desarrollo de los sucesos...

En Villa Constitución, provincia de Santa Fe, en medio de la tormentosa noche del 11 de septiembre de 1967, un objeto no identificado aterrizó próximo a la finca de la familia Calamante, testigos directos de los acontecimientos. Luego de unas cuatro horas, el artefacto levantó vuelo y quedó en el lugar una huella de 3 m de diámetro, un fuerte olor a azufre y los alambrados cargados de "radiactividad", constituyéndose en uno de los muy pocos casos argentinos con esta peligrosa comprobación. Años después, don Ramón Soria, vecino del lugar, me comentaba que el peón de la familia permaneció escondido debajo de la mesa durante todo el tiempo del episodio!!!

Por último, los 150 minutos que sobrevoló el OVNI el campo de girasol de la familia Maestrutti en el poblado de La Niña, partido de 9 de Julio, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, ubican a este incidente en el podio nacional de "observaciones duraderas que dejaron efectos". En la investigación "in situ" no solamente comprobé la huella tipo "nido" en la cosecha, sino también las fuertes interferencias eléctricas (efecto EM) que produjo el objeto volador en la casa, a estar por el relato de los Maestrutti, como así un "zumbido" en el ambiente noches previas y posteriores, el mismo que percibieron durante el encuentro...
                                                 
Caso La Niña (1987): Descenso en el girasol
LAS RAREZAS

Otro de los curiosos aspectos del Fenómeno Aterrizaje, lo muestran las rarezas o "huellas extrañas". Allá por 1970 en un salitral de Jacinto Arauz, pueblo sureño de La Pampa, donde el recordado Dr. René Favaloro desarrolló por años la tarea de médico rural, posterior al paso de OVNIs aparecieron 70 aros de sal, en un episodio UNICO en el país, cuya investigación corrió por cuenta de "Quique" Mario. En 1986 investigué un cuasi-aterrizaje en el paraje Etcheverry, en las afueras de La Plata, provincia de Buenos Aires, donde un objeto volador se aposentó sobre un cañaveral de más de 3 m de altura dejando "un vacío" en la plantación de unos 5 m de diámetro...

En 1989, en campos santafecinos de los poblados de Felicia y San José, los investigadores locales Edgardo Fontanet y Oscar Mendoza, describieron, entre gran cantidad de marcas impresas, algunas con forma de "abanico". Ese mismo año, en Santa Clara del Mar, muy próximo a Mar del Plata, detectamos, una huella de 6 m de diámetro con 2 efectos: el circulo de pasto verde intenso presentaba un borde periférico de tierra "seca y agrietada", con la vegetación interna y externa de aspecto normal, es decir, dos tipos de huella en una sola!!!

La huella atípica de Paraná 1991
Y también en 1989, pero en la zona de Yerba Buena, provincia de Tucumán, don Luis Dumeynieux reportaba la insólita impresión de una marca del tipo "deshidratada", de forma rectangular, pegada a la finca donde se observaron dos huellas más de otra geometría.

 Ya en 1991, investigo un descenso a 18 kilómetros de Paraná, provincia de Entre Ríos, con 14 huellas también del tipo "deshidratadas", alrededor de una pileta de natación (que presentó faltante de agua) de un club privado próximo al Autodromo. Una marca tenía la forma de una “cerradura” igual a las que se depositan las llaves en las puertas...

Y podría continuar enumerando "rarezas" del Fenómeno Aterrizaje que no hacen más que confirmar la excepción que marca la regla...
  
LOS CRECIMIENTOS ACELERADOS

Otra cuestión a tener muy en cuenta son los "crecimientos anormales" de algunos miembros del reino vegetal. Si bien este proceso se ha dado en muchos casos con especies de hongos, los cuales hemos comprobado varios del tipo “polvera o esponja" (Calvatia Lilacina) de hasta 30 cm. de altura u otros del tipo "sombrero" (Setas) con unos 20 cm. de diámetro, el hecho de que al paso o aterrizaje de un OVNI se desarrollen ACELERADAMENTE hortalizas, frutales o tubérculos con volúmenes considerables es otro desafío más que nos llega desde el aire.

Por ejemplo, en Arias, pueblo al sur de Córdoba, se reportaron pepinos inusuales y en Sierras Bayas, provincia de Buenos Aires, crecieron rábanos de enorme tamaño, según me confiaba el periodista e investigador Eduardo Marrazi. Así también, se tienen noticias de estos efectos en otras latitudes, como papas gigantes en México. Pero nuevos reportes profundizarán evidentemente futuros estudios de este tipo.
  
LAS HUELLAS DEBAJO DE LOS ALAMBRADOS

En 1983, investigando el masivo descenso de Uribelarrea, provincia de Buenos Aires (42 huellas del tipo "verdes"), se me presentó la oportunidad de observar, por primera vez, una huella "debajo de la alambrada" perimetral del campo, curiosidad luego repetida en varios aterrizajes, que terminaron por confirmar lo que suponía desde hacía tiempo: El OVNI, o al menos una gran parte del Fenómeno, NO ATERRIZA directamente, sino que se suspende o sobrevuela a 1 metro o 1.20 metros del terreno como mínimo. Sería infantil suponer que una nave espacial "supuestamente" llegada de las estrellas, con semejante tecnología superlativa necesite de “tres patitas” para sostenerse posada en tierra!!!

Y las huellas "atrapadas" debajo de estos alambrados a una altura media de 1,20 ó 1,30 m estarían avalando nuestras sospechas. Una variante de estos cuasi-aterrizajes la noté en 1988, investigando 21 huellas del tipo "deshidratadas" (secas) en un campo de Don Cristóbal, provincia de Entre Ríos. Una de ellas se situó, en sus tres cuartas partes, debajo de la copa de un árbol!!!
  
LAS HUELLAS “CORTADAS”

Quizás, "la variable más desafiante de los aterrizajes". Todo un teorema a resolver. En 1968, en los descensos múltiples de Correa (Santa Fe), en campo de los hermanos Damiani, una huella circular se presentó cortada por una pequeña cañada, o sea, dos semicírculos a ambos lados!!! ¿Qué hongo posee la inteligencia de actuar tan perfectamente de esa caprichosa manera?

 Volviendo al caso Yerba Buena (Tucumán, 1989), una de las tres huellas que se hallaba al lado de la pileta de natación, contenía una porción de la manguera del agua que abastece a la misma. Al levantarla, los 3 cm. de su ancho no permitieron que el círculo se completase... es decir, la manguera "impidió" que la huella se cierre!!!

Ya en el verano de 2000, en una casaquinta de Rosario del Tala (Entre Ríos), propiedad de un juez, una huella circular, de aspecto "quemado", de unos 4 m de diámetro se formó a diferentes alturas. Aunque usted no lo crea, un semicírculo quedó estampado en el terreno y el otro… ARRIBA DEL TECHO del quincho!!! En resumen, los tres efectos narrados "apuntan" a una sola verdad: el causante “vino de arriba”…

La ZONA CALIENTE
y su NIDO
LA ZONA CALIENTE DE LOS ATERRIZAJES

Por último y a modo de epílogo del Fenómeno Aterrizaje en Argentina en lo que se refiere a “descensos múltiples”, podemos esbozar que los visitantes utilizan un enorme perímetro comprendido por varias provincias, que cumple funciones de "Ovnídromo". Es la llamada "zona caliente". Allí se concentran unas 1.500 huellas de aterrizajes de objetos de todo tipo y tamaño y en distintos suelos y geografías.Y precisamente las grandes aglomeraciones de marcas, que van desde 10 a 150 rastros (Atalaya 1985 marcó el récord mundial) quedan “atrapados” en esta sorprendente región que “casualmente” está regada por el gran ACUIFERO GUARANI (tercer reserva mundial de agua dulce) y más al sur por el ACUIFERO PUELCHES como así también por los ríos Paraná y Uruguay ¿Esta es una de las CLAVES del Fenómeno OVNI en Argentina?  
   
Por el contrario, fuera de este lote gigante, el fenómeno no produce descensos masivos, ya que increíblemente no he detectado campos con decenas y decenas de huellas… sólo marcas individuales en pares o tríos. ¿Por qué actúa así? ¿Por qué provincias de comprobada actividad OVNI como Tucumán, Salta o Mendoza, por citar algunas, quedan afuera de esta zona y no contienen huellas en gran número? ¿Son selectivos pues los grandes aterrizajes? ¿Es solamente geográfico el motivo? Otro gran problema a resolver, sin dudas y muy trascendente…

POR TODO LO EXPUESTO, SEÑORES CIENTÍFICOS, USTEDES TIENEN LA ULTIMA PALABRA, LA QUE ESPERAMOS SEA CLARA, DIDÁCTICA Y CON PRUEBAS CONTUNDENTES E IRREFUTABLES POR LOS UFÓLOGOS…