REGRESO
A LOS 6 AÑOS
Por
Luis Burgos.
INTRODUCCIÓN
Julio
Arditi es un pequeño poblado ubicado entre las rutas Nº 11 y 36 del partido de
Magdalena, enclavado en pleno corazón de lo que denomino EL NIDO, famoso por la
gran cantidad de marcas de aterrizaje OVNI en sus campos (mas de 500 en casi
siete décadas) que tienen como epicentro al pueblo de Atalaya, donde se produjo
en 1985 EL RÉCORD MUNDIAL DE HUELLAS (150). Allí en ésa región, que abarca
imaginariamente un óvalo que va desde La Plata hasta la bahía de Samborombón y desde la ruta
nacional nº 2 hasta la costa del Río de la Plata se concentra la tercera parte del total de rastros
estampados en Argentina, cuyo número se eleva a 1500.
Daniel López y Eduardo Galeano (FAO) midiendo una de las 45 huellas de 2009 |
LOS
OVNIS SIEMPRE VUELVEN…
Y
confirmando una vez más la base de nuestra HIPÓTESIS DECIMAL que indica que una
parte del Fenómeno retorna al lugar de los hechos sea a los pocos días,
semanas, meses o años, como paradójica imitación del asesino al lugar de la
escena del crimen, esta vez el regreso se produjo a los 6 años a los campos de
Arditi. Allá por noviembre de 2009 en un campo de don Angel Gatti investigamos
junto al personal policial del Destacamento de Bartolomé Bavio uno de los
tantos “descensos múltiples” acontecidos en EL NIDO, ya que 45 huellas del tipo
“deshidratadas” y con formatos ovales y circulares fueron descubiertas por el
puestero Rubén Albarracín quien jamás había visto algo similar en tantos años
de campo. Lo significativo para la investigación del Fenómeno Aterrizaje
resultó la DISPOSICIÓN de las mismas: todas orientadas en una franja
orientada en el sentido noroeste-sudeste con el molino en su centro, típico
POLO DE ATRACCIÓN. Pero lo resaltante de toda la investigación conjunta lo
marcó la iniciativa tomada por la mismísima policía de Bavio quien elevó un
SUMARIO a la Fiscalía Nº 9 (autores
ignorados) de La Plata con todo lo actuado y sentando un precedente notable
en la región.
EL
NUEVO ATERRIZAJE
Por
esas casualidades de la vida, el puestero don Rubén Albarracín se traslada hace
unos años a otro campo propiedad de Angel Gatti ubicado a tan sólo 900 metros del anterior de 2009. Y su modo de vida campestre
obviamente no cambió para nada. Al caer la noche y luego de realizar todas las
tareas habituales se instala en su casa para dormir temprano y poder levantarse
con las primeras luces del alba. Así las cosas, a fines de setiembre de 2015 en
una de sus habituales recorridas del predio “descubre” una misteriosa marca que
inmediatamente le recuerda a aquellas de hace 6 años atrás y que la tarde
anterior NO ESTABA! Prontamente acude a don Gatti y éste nos convoca nuevamente
a la zona.
En
efecto, una marca totalmente CIRCULAR del tipo ANULAR y el pasto con aspecto
“deshidratado” y sin presencia de hongos se dejaba ver nítidamente recortada a
menos de 10 metros de la alambrada perimetral del campo. Su diámetro de 5.80 metros presentaba un borde de 0,60 metros . Pero lo más resaltante sin dudas lo marcaban los
típicos POLOS DE ATRACCIÓN que nunca faltan si de aterrizajes se trata:
El
TENDIDO trifásico que une el pueblo de Bartolomé Bavio con la ciudad de
Magdalena corre a escasos 10 metros de la huella y por encima de la alambrada! A 100 metros al sur la VÍA FÉRREA y a otros 100 metros hacia el este un ARROYUELO.
Las
mediciones efectuadas con nuestro detector de campos electromagnéticos como así
con el contador Geyger no arrojaron valores anómalos.
Y
según don Albarracín el comportamiento de los perros, las vacas y caballos a su
cuidado no se vio alterado en el perímetro de la marca.
Como
dato a tener en cuenta podemos citar que el torito pampa MUTILADO que hallamos
hace unos meses se ubicó en el pueblo de Roberto Payró a menos de 5 kilómetros de la huella en cuestión y para finalizar según nos
narró el puestero hace unos cuatro o cinco años atrás allí apareció “un chancho
con sus orejas solamente mutiladas y cicatrizadas” de la noche a la mañana. El
porcino siguió vivo. Las investigaciones zonales continúan a full…
Investigación:
Luis Burgos
Lucía López
Miguel Peralta