viernes, 22 de octubre de 2021

LA HUELLA “SIN TIEMPO” DE GUALEGUAYCHÚ

 Investigación in situ: Cedrés, Guillermo; Moreyra, Samuel y Morales, Marita.

Supervisión: Burgos, Luis.

Asesoramiento: Ing. Agrónoma Andrada, Carla A. (FAO Moreno, Bs. As).

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Uno de los puntos preferidos dentro de la investigación OVNI es, sin dudas, el Fenómeno Aterrizaje, ya que a través de él se pueden rescatar “evidencias físicas” muy significativas. Es un rubro del cual me ocupo desde que comencé este largo peregrinar desde 1969. Recorriendo campos y parajes de casi todas las provincias argentinas, lo cual me topé con “centenares” de huellas producidas por supuestos descensos de objetos desconocidos, tema que provocó, provoca y provocará arduos debates dentro del mismo seno de la Ovnilogía. 

Para su estudio elaboré un tratado, al que lo llame “EL SÍNDROME DE DELPHOS”, en el que explico minuciosamente esta problemática en la cual TODOS LOS CASOS conllevan una explicación, sea anómala o no. 

En relación a este tema, nos encontramos con una curiosísima marca en Gualeguaychú (Entre Ríos) que dio motivo a que se la investigue como se merece, in situ. Para ello, recurrimos a la colaboración de Moreyra, Samuel, nuestro colaborador regional y “descubridor” de la misma, de Cedrés, Guillermo y  Morales, Marita, investigadores del grupo “Ufología Gualeguaychú”, que en su momento fue liderado por nuestro recordado amigo Rieger, Carlos Atilio.

 

 

LA INVESTIGACIÓN

Demás está decir, que Gualeguaychú está posicionada en su provincia, como uno de los “sitios top” de apariciones OVNIs a lo largo del tiempo y con gran cantidad de “huellas en sus campos” según las menciones de Rieger, muchas de las cuales pudo investigar junto a su amigo Coco Laborde, ufólogo de la zona. 

Meses atrás me llegan noticias de Samuel sobre esta nueva marca dentro del perímetro de su ciudad, a pocas cuadras de donde el reside. De inmediato, convoco también a Guillermo a efectos de tomar cartas en el asunto, y junto a Samuel, ambos inician por etapas una prolija investigación de la huella. De toda la pesquisa realizada en la zona, con dron incluido, como primer dato a resaltar, nos enteramos que dicho rastro “NO ES FRESCO”, sino que permanece allí desde principios de la década del 2000, es decir, hace nada menos que… ¡dos décadas! 

Esta huella apareció una mañana frente al antiguo supermercado “Norte” (actual “Carrefour”) sito en calle Primera Junta y ruta 136 y llamó la atención de algunos vecinos curiosos que relataron que por esos años, inclusive, un grupo de personas del barrio había presenciado una noche, en la zona en cuestión, “el merodeo y descenso de una extraña luminosidad”, dato por demás significativo. 

Sea dicha anomalía nocturna o no “la causante” del rastro en cuestión, los veinte años transcurridos no hicieron mella en el mismo, o sea, NO SE DEFORMÓ NI SE CUBRIÓ POR LA PROPIA VEGETACIÓN DEL TERRENO. Sigue allí, desafiante, como mudo testigo desde aquella época.

 


LA HUELLA

A diferencia de otras huellas detectadas, en su mayoría con la vegetación “deshidratada” o “reverdecida” (con o sin hongos), esta marca resalta por ser un ARO PERFECTO y por tener sus bordes SIN VEGETACIÓN, es decir, sólo TIERRA como se puede apreciar en las fotos. 

Presenta un diámetro total de 15,50 metros y 1,00 metro el borde del anillo, permaneciendo “INTACTA” con el paso del tiempo y sin presencia de HONGOS periféricos. En la investigación se realizaron además tomas de muestras del terreno de distintos sectores, que no arrojaron rastros de posibles colonias de hongos, por ejemplo, restos de hifas. Tal resultado podemos adjudicarlo al tipo de suelo predominante en esta región, considerando además que no es una zona con acumulación de agua lo cual facilitaría su proliferación, entre otros factores, según nuestra Ingeniera Agrónoma, Andrada Carla.

 


Cabe destacar la mayor extrañeza: Su INALTERABILIDAD con los años, ya que una huella producto de hongos, por ejemplo, del tipo Calvatia lilacina, anualmente se va “agrandando” unos centímetros. Para que se entienda, si en el 2000 esta marca era de unos 15 metros hoy, 20 años después, rondaría los 16 metros aproximadamente, debido a que su propio micelio subterráneo la extiende año tras año. Al parecer, ello no ha ocurrido con nuestra “amiga”, y el vecindario “no recuerda” un CÍRCULO DE HONGOS en el sitio (el típico “Corro de Brujas” o “Anillo de Hadas”).

En las excavaciones internas y externas NO SE DETECTÓ la presencia de elementos biológicos, como ser lombrices, bichitos “bolita” de la humedad, hormigas, etc.

 


Lo fundamental de este caso es que “la tenemos a mano” para hacerle un ACECHO periódico a través de Samuel, Guillermo y Marita, que a diferencia de otras huellas argentinas no se han podido realizar por diversos motivos.

  

ALGUNAS CURIOSIDADES

1-  Las pruebas con el Neodimio en busca de las “limaduras de hierro” que hemos hallado en los bordes de otras marcas resultaron NEGATIVAS, como así también el rastreo con el detector de metales.

2- Guilllermo comprobó “curiosas anomalías” al utilizar su dron (magnetización, desconfiguración, falla en cámara, etc.) que le llamó mucho la atención, aunque no podemos atribuirlas en un 100 % a la relación con la huella, más aun siendo una marca tan lejana en el tiempo.

3- A 10 metros de la huella, se pudo detectar en las tomas aéreas, otra misteriosa figura estampada en el terreno, con forma de “ocho estirado”, similar al símbolo INFINITO, pero muy borrosa, como desapareciendo y confundiéndose con la vegetación del terreno, cosa que no ocurre con la huella principal. Tampoco se la puede asociar a ésta, pues desconocemos cuándo se produjo.

 


OVNILOGÍA COMPARADA

Rastreando nuestro Banco de Datos (1947-actualidad) sobre huellas de presuntos aterrizajes OVNI en Argentina, salta claramente que son “contadas con los dedos de las manos” aquellas que han perdurado por años. Así pues, nos encontramos con “dos marcas semi circulares” de 12 metros cada una, en un camino de tierra de Indacochea, pueblo de Chivilcoy (Bs. As.) que sus pobladores las denunciaron a principios de los años 40 y permanecieron “intactas” hasta hace pocos años… También recordamos “la herradura reverdecida” de 22 metros en un predio de Atalaya (Bs. As.) en 1986, cuya aparición se produjo en 1970 y perduró una veintena de años.

 


CONCLUSIONES PRELIMINARES

El hecho de contar con investigadores tan cercanos nos permitirá continuar con el “seguimiento” típico que le hemos realizado a muchas marcas similares, y eso ya de por sí, es un dato no menor. Por lo tanto, cualquier variante o indicio que pueda surgir, lo sabremos al instante, ya que contamos con diversas herramientas para su estudio. Sin embargo sabemos lo costoso que es un “análisis de tierra” en cualquier dependencia oficial (ya que nadie nos regala nada), pero aún las puertas no están cerradas. Nos quedará la duda, obviamente, del agente provocador de la huella, pero la extrañeza de perdurar tanto tiempo imborrable, con su anillo sin ser afectado por el crecimiento de la vegetación, nos permite suponer que ALGO DESCONOCIDO por el momento, causó esa figura que pasa a engrosar el pequeñísimo dossier de LAS INALTERABLES DE LAS PAMPAS ARGENTINAS…